Estudió con su padre, Joaquín Torres García acompañándolo en sus múltiples viajes por Europa, llegando a Uruguay en 1934. Participó en todas las muestras del Taller Torres García. Se radicó en Nueva York en 1970 donde desplegó una amplia actividad artística. Su obra se caracterizó por mantener una tendencia figurativa con preponderancia de la figura humana y reminiscencias clásicas. Fue distinguido con varios premios en Salones Nacionales y Municipales (por ejemplo Medalla de Oro Salón Nacional 1944)